sábado, 4 de agosto de 2012

CAPÍTULO 9-10,1.


Consejero real


9 1 He reflexionado sobre todo esto y he llegado a esta conclusión: aunque los justos y los sabios con sus obras están en manos de Dios, el hombre no sabe si Dios lo ama o lo odia. 2Todo lo que tiene el hombre delante es vanidad, porque una misma suerte toca a todos: al inocente y al culpable, al puro y al impuro, 
al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece, al justo y al pecador, al que jura y al que tiene reparo en jurar. 3Esto es lo malo de todo lo que sucede bajo el sol: que una misma suerte toca a todos. El corazón de los hombres está lleno de maldad: mientras viven piensan locuras y después ¡a morir!
4¿Quién es preferible? Para los vivos aún hay esperanza, pues vale más perro vivo que león muerto. 5Los vivos saben ... que han de morir; los muertos no saben nada, no reciben un salario cuando se olvida su nombre. 6Se acabaron sus amores, odios y pasiones, y jamás tomarán parte en lo que se hace bajo el sol. 
7 Anda, come tu pan con alegría y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha aceptado tus obras; 8lleva siempre vestidos blancos y no falte el perfume en tu cabeza, 9disfruta la vida con la mujer que amas, todo lo que te dure esa vida fugaz, todos esos años fugaces que te han concedido bajo el sol; que ésa es tu suerte mientras vives y te fatigas bajo el sol. 

10Todo lo que esté a tu alcance hazlo con empeño, pues no se trabaja ni se planea, no hay conocer ni saber en el Abismo adonde te encaminas.
11 Otra cosa he observado bajo el sol: que no depende el correr de la agilidad, ni la batalla de la valentía, ni de la habilidad tener pan, ni la riqueza de ser avisado, ni la estima del saber, sino que siempre se tercia la ocasión y la suerte. 12El hombre no adivina su momento: como peces apresados en su red, como pájaros atrapados en la trampa, se enredan los hombres cuando un mal momento les cae encima de repente.

Más vale maña que fuerza

13Otra cosa he visto bajo el sol, y fue para mí una gran lección: había una ciudad pequeña, de pocos habitantes; l4vino un rey poderoso que la cercó, montó contra ella fuertes piezas de asedio; 15había en la ciudad un hombre pobre, pero hábil, capaz de salvar la ciudad con su destreza, pero nadie se acordó de aquel pobre hombre. l6Y me dije: sí, «vale más maña que fuerza», sólo que la maña del pobre se desprecia y nadie hace caso de sus consejos. 17Y eso que se escuchan mejor las palabras tranquilas de un sabio que los gritos de un capitán de necios. l8Más vale maña que armas de guerra.

Proverbios varios

l8bUn solo fallo echa a perder muchos bienes, 10 1una mosca muerta echa a perder un perfume, una pizca de necedad cuenta más que mucha sabiduría.


9,1-3 Justos y sabios están en manos de Dios, pero ¿de qué sirve saberlo? La frase es ambigua: puede ser positiva, "Dios protege", y negativa, "nadie escapa de Dios" Además parece que Dios se complace en oscurecer el enigma asignando la misma suerte sin distinción a todos los hombres.

9,1 Algunos hacen al hombre sujeto de amar y odiar.

9,2 Jurar devotamente por el Señor y ofrecerle sacrificios debidos o voluntarios no sirve frente a la muerte, el hombre no puede forzar la retribución, al menos frente a la muerte fracasa (Sal 49,8-10).

9,3 Véanse 1,17; 2,12; 8,11; Jr 17,9.

9,4-6 Hay un refrán que dice la ventaja de los vivos sobre los muertos (4c): saben y esperan. Qohelet lo comenta irónicamente. Saber es de doble filo: por un lado, anticipa la muerte con su certeza y quita sentido a la vida; por otro, enseña al hombre a disfrutar de esta vida limitada.

9,5 El verso juega con la aliteración de salario y recuerdo (sakry zkr'): el recuerdo es la paga después de la muerte.

9,7 Los posesivos "tu pan, tu vino" pueden indicar "el que tú te has ganado" y también "el que te toca". De ambos modos, un límite a la ambición de adquirir y poseer. Es dudoso el sentido del verbo "aceptar". Aquí parece decir que Dios acepta el trabajo del hombre sensato y lo remunera con el disfrute sencillo. Se excluye el afán de seguir realizando empresas o de exigir a Dios mayor retribución (2,26).

9,8 Blanco es color festivo. Sab 2,6-7 parece aludir a estos consejos.

9,9 En otro contexto, Prov 5,18.

9, 18b-1 0,1 Comienza una serie de proverbios desligados, al estilo de algunas colecciones del libro de Proverbios, o comentados, al estilo del Eclesiástico. Faltan los verbos de confesión personal "he observado, he comprendido, saqué la conclusión etcétera", excepto en 10,5.

Comienza con un refrán comentado sobre la relación del bien y el mal. No cuantitativa, el mal como sustracción (cfr. 7,20), sino cualitativa: un poco estropea un mucho; lo cual tiene aplicación en muchos valores humanos. La bondad en general, la sabiduría en particular. El texto del último verso es dudoso. 

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